La anciana

Haciendo memoria, resulta que la primera noche que salí a un lugar gay, terminé en el Dionisio.

Todo comenzó temprano, tenía todo planeado. Iría al Mascarás, el lugar donde se juntaban las lesbianas. Sola.

Había buscado la dirección, revisé el plano de Santiago una y mil veces. Tenía más del dinero necesario, por si me perdía y tenía que echar más bencina o pagar algún peaje. Es qué cuándo me pierdo, me pierdo.
Sólo faltaba que me prestaran el auto, pero eso no era problema, porque diría que iba por ahí cerca.
Estaba decidida. No, mentira, se me doblaban las catitas. Y, en un intento por sabotear mi plan, cuando pedí el auto, dije que iría a Santiago. Esperando que mi mamá me dijera: "Pero... ¿Usted está loca o qué?
Pero no. Esa fue la primera vez que me prestaron el auto para ir a carretear a Santiago. Antes había ido, pero sin permiso. Y después contaba...
19 años, dos cajetillas de cigarros, el estanque lleno y 30 lukas en la billetera.
Estaba cagada de susto. Salí como una hora antes, por si me perdía. La weona huasa, quería llegar temprano...
Pagué mi entrada y llegué a una puerta como del lejano oeste, y en otro lado me encuentro con un salón muy iluminado, música imperceptible, con unas pocas lesbianas jugando pool, un par de parejas en unas mesas. Y todas, se dan vuelta a mirarme. Quería desaparecer...
Apenas encontré la barra, me fui hacia ella. No recuerdo por qué motivo, cuando pedí un copete me dijeron que fuera al otro lado a pedirlo. Gracias a eso descubrí que había otro lado.
Al otro lado, estaba la pista de baile. Por lo menos era mas piola. Aunque la música, horrible.
Cuando llegué, había poca gente. Después de un rato se me acercó una mina, mayor, cuarenta y... Para nada mi tipo, en todo caso. Era una señora.
En la conversá me contó que era casada, que su marido andaba de viaje y que estaba enamorada de su hijastra.
Y yo pensé, después de eso no esperará engrupirme. Así que cuando me invitó a bailar le dije que si.
En el bailoteo, la vieja culia se me empezó a acercar peligrosamente y cuando le dí la cortá, ya era demasiado tarde.
Como la vieja era chica y tenía los labios bien llojos. Me manchó la polera blanca, a la altura de las tetas...
Cuando la vieja fue al baño. Una lolita que había por ahí, cachando el mote. Recurrió a mi rescate "¿Qué hacís con esa anciana.?" me dijo.
Y antes de que la anciana volviera nos fuimos al Dionisio. Pero no me recuerdo que haya sido tan rasca. Tampoco me acuerdo del show.
Sólo recuerdo que pensaba. No sé, si algún día encuentre una lesbiana que me guste.
Pero no quiero ser como esa anciana.
Pasé a dejar a la Paty a su casa, me quedaba en el camino.
Antes de bajarse, muy caballerosamente, me dice: "Te pediría un beso, pero no creo que quieras..."
No, pero le dí mi teléfono. Prefiero salir con ella, que toparme con alguien peor que la vieja loca. Loooooca!

Paty: Eternamente agradecida...







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