Lesbiana con sindrome premenstrual

Quisiera poder dibujar mis pensamientos. Con palabras, con imágenes, sonidos. Con olores.



Estoy acostada en mi cama leyendo este blog: http://www.losperrosdelcamino.blogspot.com/

Y lloro. Lloro por los pobres bichos abandonados. Pienso, en que cada día son más, y nadie puede hacer nada por impedir que esto siga pasando. Por que la mayoría de la gente es como el pico. Odio a la gente y lloro.


Pienso en mi Rucia, que sería de ella si no la hubiesemos recogido, y sigo llorando.
Recuerdo las tristes miradas de todos los animalitos que veo a diario y no puedo adoptar, y lloro de impotencia... Quiero salvarlos a todos!!
De pronto escucho un ruido. Una de las gatas, obviamente también recogida, anda intruseando en la cocina.
Le grito.
No me pesca.
Me levanto y maldigo el día en que la recogí.


Que estupidez, todavía hay gente que compra animales.


Compran un perro de raza, que puede costar mucho más que el sueldo mínimo. Y luego dicen... mmm... si, pero ahora quiero un hurón.


Yo también quiero uno, pienso. Y, lo más probable es que algun día lo tenga, si esos animales se reproducen facilmente, llegará un momento en que seran un estorbo, tal como los perros y los gatos abandonados.

Una vez escuché la historia de una casa comida por hamsters.

Tal vez sea mito urbano, o rural... Pero se supone que, en alguna parte de nuestra larga y angosta faja de tierra. Debe haber sido en una casa de madera.
Soltarón a una pareja de hamsters. Seguramente aburridos de ellos. Porque, aunque se ven muy lindos cuando se limpian la carita y guardan comida en los cachetes. Hay que limpiarles su prisión habitualmente, cambiarles el agua y alimentarlos todos los días. Además meten bulla en la noche. Entonces los dejaron a la buena de Dios. Resultado: Los roedores se reprodujeron, y en poco tiempo, derribarón la casa.

Puede ser verdad, porque se reproducen muy rápido. Me consta.

Una vez tuve uno. Y cuando, "le compramos la hembrita", se la folló de inmediato, y a las pocas semanas teníamos como 10. Y quedó... la zooorraaa. Crecieron muy rápido. Los separamos demasiado tarde.

Una amiga se llevó como un favor, uno para regalarlo. ¡Y también tuvo crías! ¡zorrón! La putearon. Nos putió.



Conclusión: Los animales son un cacho y la gente es como el pico.

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